Cómo dije desde el principio, ahora tocan las entradas en español. En la entrada anterior dije algo sobre un tema controversial, pero pienso que será mejor postergarlo (muhaha risa macabra) En fin, este es un buen momento de hablar acerca de los propósitos que siempre establecemos en esta época, cosas como ser más ordenados, ir al gimnasio, estudiar...la lista es infinita. Continuando con las ya habituadas anécdotas que cuento, estuve pensando en esto debido a un comentario de mi novio ayer. Él ya tiene el hábito de ir al gimnasio desde...no sé, siempre, el punto es que me estuvo contando cómo es que en estos meses es siempre obvia la inmensa cantidad de gente que se llega a meter al gimnasio, y que ya al siguiente mes ya no se vuelven a ver por los mismos rumbos. Esto me hace pensar que la mayoría de nosotros pensamos que las cosas se vienen fácil, pero esto simplemente ejemplifica la poca fuerza de voluntad que tenemos.
Algo que aprendí desde el año pasado es a enfocarse más en el ahora que en el propio pasado o el futuro. Si nos ponemos a analizar por un momento, no tiene sentido que nos atormentemos por cosas que ya pasaron y que no podemos arreglar; o sino, por cosas que ni siquiera han sucedido.
Yo como cualquier ser humano afectado por los espíritus del nuevo año, me he propuesto mejorar en ciertos aspectos de mi vida. Si tendré éxito o no, eso dependerá de mi. Lo único inspirador que me toca decir esta noche (20:48) es de no dejar de hacer las cosas. Por alguna razón yo siempre pensaba "siempre habrá un mañana", pero no me había dado cuenta que tan errónea es esta frase. No tenemos garantizado un mañana. El truco aquí es pensar, más bien, preguntarse: ¿Quién quiero ser mañana? Para mi, al menos, eso es suficiente motivación para seguir con mis propósitos de año nuevo. Tomarlo un día a la vez, en vez de atosigarnos con infinitas metas que ni estamos seguros si lograremos cumplir.
CARPE DIEM: APROVECHA EL PRESENTE
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